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MANEJO NUTRICIONAL EN LA TRANSICIÓN DE LA TEMPORADA DE LLUVIAS A LA SEQUÍA: ESTRATEGIAS PARA MANTENER LA PRODUCCIÓN

MANEJO NUTRICIONAL EN LA TRANSICIÓN DE LA TEMPORADA DE LLUVIAS A LA SEQUÍA: ESTRATEGIAS PARA MANTENER LA PRODUCCIÓN

ARTÍCULOS
24 de abril de 2025
Por Everton Loubet – Gerente de Nutrición TOTALPEC

La transición de la temporada de lluvias a la sequía es un momento crítico para la ganadería de carne. Con la disminución de la calidad y disponibilidad de los pastos, es esencial adoptar estrategias nutricionales efectivas para evitar pérdidas en el desempeño de los animales.

Además, factores estacionales como la reducción de la luminosidad diaria y la caída de la temperatura impactan directamente el metabolismo de los bovinos, exigiendo un ajuste nutricional para minimizar los efectos negativos de esta transición.

DESAFÍOS DE LA TRANSICIÓN E IMPACTOS EN LA PRODUCCIÓN
Disminución en la calidad y consumo del pasto: Con la sequía, la digestibilidad y el valor nutricional del forraje disminuyen, reduciendo el aprovechamiento de los nutrientes por los bovinos. Además, la menor disponibilidad de forraje de buena calidad puede llevar a una reducción en el consumo voluntario, afectando directamente el desempeño animal.

Reducción en la ganancia de peso: La menor ingesta de nutrientes impacta directamente la tasa de crecimiento de los animales, prolongando el tiempo de engorde y aumentando los costos de producción. En sistemas de recría y engorde, esta reducción puede comprometer la planificación de terminación, resultando en menor rendimiento de carcasa y eficiencia alimentaria.

Pérdida de condición corporal: Las hembras reproductoras con una puntuación corporal baja presentan una menor tasa de preñez, afectando la reposición del hato.

Consumo de agua: En períodos de baja humedad y altas temperaturas, la necesidad de consumo de agua por parte de los animales puede duplicarse. Factores como la oferta, calidad y disponibilidad de bebederos influyen directamente en este consumo. La restricción hídrica no solo afecta la hidratación, sino que también compromete la ingesta, digestibilidad y absorción tanto del pasto como de los suplementos, impactando negativamente el desempeño de los animales.

ESTRATEGIAS PARA MANTENER LA EFICIENCIA PRODUCTIVA
La estacionalidad de la producción forrajera en otoño e invierno exige un manejo nutricional cuidadoso. A continuación, las principales estrategias para minimizar pérdidas y garantizar el desempeño zootécnico de los bovinos:

1. RESERVA ESTRATÉGICA DE ALIMENTOS
Producción y almacenamiento de forrajes: Ensilaje de maíz, sorgo y gramíneas tropicales, además de la henificación de pastos bien manejados.
Estimación del consumo y capacidad de carga: El balance entre la cantidad de animales y la oferta de materia seca debe calcularse con base en la tasa de crecimiento del pasto.

2. TÉCNICAS DE MANEJO DE PASTURAS
Diferimiento de pasturas: Cercar áreas estratégicas al final del período lluvioso permite formar una reserva de forraje para la sequía.
Uso de especies forrajeras adaptadas: Cultivares como Brachiaria brizantha cv. Marandu y Panicum maximum cv. Mombaça son más resistentes al déficit hídrico.

3. SUPLEMENTACIÓN ESTRATÉGICA
Minerales: La suplementación mineral debe ajustarse de acuerdo con las necesidades nutricionales de cada categoría animal. El suministro de fósforo, calcio, zinc y microminerales es fundamental para mantener un metabolismo eficiente, fortalecer la respuesta inmunológica y evitar deficiencias que puedan comprometer el desempeño productivo.
Proteína y energía: Con la reducción de la calidad y el consumo del pasto, el suministro de suplementos proteicos y energéticos se vuelve esencial. El uso de urea como fuente de nitrógeno no proteico estimula la digestión de la fibra y mejora la eficiencia ruminal. Ingredientes como harina de soja, maíz y sorgo garantizan un adecuado aporte energético para evitar la pérdida de peso y mantener buenos índices de conversión alimentaria. En la recría, esta suplementación permite mantener tasas adecuadas de crecimiento, mientras que en la fase de engorde optimiza el acabado de la canal.
Aditivos y modificadores ruminales: El uso de ionóforos, como la monensina y la narasina, mejora la eficiencia alimentaria al reducir pérdidas energéticas en el metabolismo ruminal. Probióticos y levaduras ayudan a estabilizar la microbiota del rumen, promoviendo una mejor digestión y absorción de nutrientes.
 

Es posible minimizar los impactos de la sequía, es esencial adoptar estrategias nutricionales afectivas AHORA en la temporada de transición de lluvias a seca.

4. MONITOREO Y AJUSTES NUTRICIONALES
Evaluación del estado corporal: Monitoreo quincenal para ajustar la suplementación y evitar la pérdida excesiva de peso.
Ajuste del consumo de suplementos: Medir y regular la ingesta de suplementos para evitar desperdicios o deficiencias nutricionales.
Seguimiento de la temperatura y el fotoperiodo: Controlar variaciones estacionales permite ajustar la oferta nutricional para compensar oscilaciones metabólicas.

5. SALUD Y SANIDAD NUTRICIONAL
Prevención de trastornos metabólicos: La transición alimentaria en la sequía puede aumentar el riesgo de acidosis ruminal, cetosis y otros trastornos metabólicos. Para evitar estas complicaciones, es fundamental el uso del bicarbonato de sodio, que logra un efecto de “tampón” que actúa como estabilizador que ayuda a equilibrar el pH ruminal y prevenir la acidificación excesiva del rumen. Además, los moduladores de fermentación, como levaduras y probióticos, ayudan a estabilizar la microbiota ruminal, mejorando la digestibilidad de la fibra.
Importancia de los aditivos: Los ionóforos, como la monensina y la narasina, desempeñan un papel esencial en la eficiencia alimentaria de los bovinos al reducir la producción de metano, mejorar la absorción de nutrientes y controlar bacterias perjudiciales en el rumen. Su uso contribuye a un mejor aprovechamiento de la energía de los alimentos, optimizando la conversión alimentaria y reduciendo el riesgo de trastornos metabólicos, como la acidosis subclínica y el timpanismo.
Protocolos sanitarios preventivos: Durante la sequía, el estrés nutricional puede comprometer la inmunidad del rebaño. Por eso, es esencial reforzar el control parasitario y mantener la vacunación al día, previniendo enfermedades como clostridiosis, tripanosomiasis bovina y parasitosis gastrointestinales, que pueden impactar negativamente el desempeño productivo de los animales.
Con una buena planificación nutricional, es posible minimizar los impactos de la sequía, garantizar mayor productividad y rentabilidad, y promover un sistema de producción más eficiente y sostenible. La transición de la temporada de lluvias a la sequía exige atención y estrategia.
 

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