
MANEJO NUTRICIONAL EN LA TRANSICIÓN DE LA TEMPORADA DE LLUVIAS A LA SEQUÍA: ESTRATEGIAS PARA MANTENER LA PRODUCCIÓN
La transición de la temporada de lluvias a la sequía es un momento crítico para la ganadería de carne. Con la disminución de la calidad y disponibilidad de los pastos, es esencial adoptar estrategias nutricionales efectivas para evitar pérdidas en el desempeño de los animales.
Además, factores estacionales como la reducción de la luminosidad diaria y la caída de la temperatura impactan directamente el metabolismo de los bovinos, exigiendo un ajuste nutricional para minimizar los efectos negativos de esta transición.
DESAFÍOS DE LA TRANSICIÓN E IMPACTOS EN LA PRODUCCIÓN
Disminución en la calidad y consumo del pasto: Con la sequía, la digestibilidad y el valor nutricional del forraje disminuyen, reduciendo el aprovechamiento de los nutrientes por los bovinos. Además, la menor disponibilidad de forraje de buena calidad puede llevar a una reducción en el consumo voluntario, afectando directamente el desempeño animal.
Reducción en la ganancia de peso: La menor ingesta de nutrientes impacta directamente la tasa de crecimiento de los animales, prolongando el tiempo de engorde y aumentando los costos de producción. En sistemas de recría y engorde, esta reducción puede comprometer la planificación de terminación, resultando en menor rendimiento de carcasa y eficiencia alimentaria.
Pérdida de condición corporal: Las hembras reproductoras con una puntuación corporal baja presentan una menor tasa de preñez, afectando la reposición del hato.
Consumo de agua: En períodos de baja humedad y altas temperaturas, la necesidad de consumo de agua por parte de los animales puede duplicarse. Factores como la oferta, calidad y disponibilidad de bebederos influyen directamente en este consumo. La restricción hídrica no solo afecta la hidratación, sino que también compromete la ingesta, digestibilidad y absorción tanto del pasto como de los suplementos, impactando negativamente el desempeño de los animales.
ESTRATEGIAS PARA MANTENER LA EFICIENCIA PRODUCTIVA
La estacionalidad de la producción forrajera en otoño e invierno exige un manejo nutricional cuidadoso. A continuación, las principales estrategias para minimizar pérdidas y garantizar el desempeño zootécnico de los bovinos:
1. RESERVA ESTRATÉGICA DE ALIMENTOS
✔ Producción y almacenamiento de forrajes: Ensilaje de maíz, sorgo y gramíneas tropicales, además de la henificación de pastos bien manejados.
✔ Estimación del consumo y capacidad de carga: El balance entre la cantidad de animales y la oferta de materia seca debe calcularse con base en la tasa de crecimiento del pasto.
2. TÉCNICAS DE MANEJO DE PASTURAS
✔ Diferimiento de pasturas: Cercar áreas estratégicas al final del período lluvioso permite formar una reserva de forraje para la sequía.
✔ Uso de especies forrajeras adaptadas: Cultivares como Brachiaria brizantha cv. Marandu y Panicum maximum cv. Mombaça son más resistentes al déficit hídrico.
3. SUPLEMENTACIÓN ESTRATÉGICA
✔ Minerales: La suplementación mineral debe ajustarse de acuerdo con las necesidades nutricionales de cada categoría animal. El suministro de fósforo, calcio, zinc y microminerales es fundamental para mantener un metabolismo eficiente, fortalecer la respuesta inmunológica y evitar deficiencias que puedan comprometer el desempeño productivo.
✔ Proteína y energía: Con la reducción de la calidad y el consumo del pasto, el suministro de suplementos proteicos y energéticos se vuelve esencial. El uso de urea como fuente de nitrógeno no proteico estimula la digestión de la fibra y mejora la eficiencia ruminal. Ingredientes como harina de soja, maíz y sorgo garantizan un adecuado aporte energético para evitar la pérdida de peso y mantener buenos índices de conversión alimentaria. En la recría, esta suplementación permite mantener tasas adecuadas de crecimiento, mientras que en la fase de engorde optimiza el acabado de la canal.
✔ Aditivos y modificadores ruminales: El uso de ionóforos, como la monensina y la narasina, mejora la eficiencia alimentaria al reducir pérdidas energéticas en el metabolismo ruminal. Probióticos y levaduras ayudan a estabilizar la microbiota del rumen, promoviendo una mejor digestión y absorción de nutrientes.
Es posible minimizar los impactos de la sequía, es esencial adoptar estrategias nutricionales afectivas AHORA en la temporada de transición de lluvias a seca.
4. MONITOREO Y AJUSTES NUTRICIONALES
✔ Evaluación del estado corporal: Monitoreo quincenal para ajustar la suplementación y evitar la pérdida excesiva de peso.
✔ Ajuste del consumo de suplementos: Medir y regular la ingesta de suplementos para evitar desperdicios o deficiencias nutricionales.
✔ Seguimiento de la temperatura y el fotoperiodo: Controlar variaciones estacionales permite ajustar la oferta nutricional para compensar oscilaciones metabólicas.
5. SALUD Y SANIDAD NUTRICIONAL
✔ Prevención de trastornos metabólicos: La transición alimentaria en la sequía puede aumentar el riesgo de acidosis ruminal, cetosis y otros trastornos metabólicos. Para evitar estas complicaciones, es fundamental el uso del bicarbonato de sodio, que logra un efecto de “tampón” que actúa como estabilizador que ayuda a equilibrar el pH ruminal y prevenir la acidificación excesiva del rumen. Además, los moduladores de fermentación, como levaduras y probióticos, ayudan a estabilizar la microbiota ruminal, mejorando la digestibilidad de la fibra.
✔ Importancia de los aditivos: Los ionóforos, como la monensina y la narasina, desempeñan un papel esencial en la eficiencia alimentaria de los bovinos al reducir la producción de metano, mejorar la absorción de nutrientes y controlar bacterias perjudiciales en el rumen. Su uso contribuye a un mejor aprovechamiento de la energía de los alimentos, optimizando la conversión alimentaria y reduciendo el riesgo de trastornos metabólicos, como la acidosis subclínica y el timpanismo.
✔ Protocolos sanitarios preventivos: Durante la sequía, el estrés nutricional puede comprometer la inmunidad del rebaño. Por eso, es esencial reforzar el control parasitario y mantener la vacunación al día, previniendo enfermedades como clostridiosis, tripanosomiasis bovina y parasitosis gastrointestinales, que pueden impactar negativamente el desempeño productivo de los animales.
Con una buena planificación nutricional, es posible minimizar los impactos de la sequía, garantizar mayor productividad y rentabilidad, y promover un sistema de producción más eficiente y sostenible. La transición de la temporada de lluvias a la sequía exige atención y estrategia.