MITOS Y VERDADES SOBRE LA GANANCIA COMPENSATORIA EN EL CONFINAMIENTO
Definida como un crecimiento acelerado del animal después de una fase de restricción alimenticia, la ganancia compensatoria es sin duda una variable muy importante y de difícil medición en el sistema de confinamiento y está influenciada por varios factores, como: la etapa fisiológica del animal, la severidad y duración de la restricción, cantidad y calidad de alimentos ofrecidos a los animales después de ese periodo.
Una característica relevante de los confinamientos es que prácticamente la mayoría de los bovinos que son confinados presentan algún grado de restricción alimentaria previa y, por lo tanto, presentará ganancia compensatoria cuando vuelve a ser alimentado.
La figura abajo ilustra un animal en crecimiento continuo y otro pasando por restricciones alimenticias, con una ganancia de peso inferior. Después de la adecuación de la dieta, se pueden observar tres padrones de respuestas (ganancia compensatoria). En la situación I, los animales presentan una tasa de crecimiento superior a los animales que estaban en crecimiento continuo, igualando los pesos corporales al final del período, en cuyo caso se tiene la ganancia compensatoria total. En II, la tasa de crecimiento sigue siendo superior, pero no es suficiente para igualar el peso corporal de los animales al final del período, ese escenario sería el más comúnmente observado y recibe el nombre de ganancia compensatoria parcial. Por último, tendríamos la situación III en que los animales presentan la misma tasa de ganancia de los animales que no pasaron por restricción, siendo la ganancia compensatoria - en ese caso - nulo.
Crecimiento continuo x Crecimento compensatorio
La gran variación en el padrón de respuesta de la ganancia compensatoria del período de "realimentación" es un punto que tiene que ser cuidadosamente analizado y discutido: la forma que está ocurriendo el aumento de peso de los animales, o mejor, qué componentes del cuerpo los animales se ven afectados por la restricción y el crecimiento posterior.
Durante el período de restricción alimentaria ocurren una serie de cambios y adaptaciones fisiológicas en el cuerpo del animal, en la búsqueda del organismo por mantener la homeostasis y adaptarse al menor aporte de nutrientes que llegan del sistema digestivo.
En una condición de aporte energético restricto, el animal busca la adaptación por la disminución de la energía metabólica necesaria para el mantenimiento (exigencia de mantenimiento) y también fuerza el mayor aprovechamiento energético de los nutrientes disponibles.
Siendo así, se sabe que órganos metabólicamente más activos, como el hígado y el tracto gastrointestinal, son responsables de gran parte de la energía requerida por el animal; ésta es una de las adaptaciones que ocurre durante el período de restricción y disminuyen del tamaño, resultando en la disminución de la exigencia de mantenimiento del animal.
Carstens et al. (1988) encontraron exigencia de mantenimiento para animales en restricción de 123 kcal / kg de peso metabólico (PM), contra 140 kcal / kg de PM para animales en crecimiento continuo. Reducciones del 18%, 17% y 11,5% en la exigencia de energía neta para crecimiento, fueron discutidas por Carstens et al. (1991), Sainz (1995) y NRC (1984), respectivamente. Con la reducción en las exigencias de mantenimiento y una mayor disponibilidad de energía para ganancia, las tasas de ganancia media diaria son mayores cuando se comparan con animales que no pasaron por proceso de restricción (situaciones I y II, Figura 2).
Otro mecanismo adaptativo encontrado por el organismo es en relación a la producción hormonal. Las hormonas relacionadas con el crecimiento y la eficiencia de uso energético son las más afectadas, siendo la hormona del crecimiento (GH), el factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 (IGF-I), la insulina y las hormonas de la tiroides (T3 y T4).
Después de la readecuación de la dieta, visto los cambios adaptativos que ocurrieron a fin de ahorrar energía, el crecimiento animal sería beneficiado, siendo éste el momento favorable para deposición de tejidos; sin embargo, después de la retroalimentación, con el aumento energético y aumento de la tasa de crecimiento animal, los órganos metabólicamente más activos que habían reducido de tamaño, necesitan aumentar su tasa metabólica, ya que el aporte de nutrientes a ser metabolizado y la tasa de crecimiento animal es mayor.
Así, existe una fase metabólica en la que la energía de mantenimiento sigue siendo inferior y/o la eficiencia de utilización de la energía sigue siendo elevada hasta que los animales se adapten totalmente al plano superior de nutrición. Según Ryan (1990), los animales en realimentación presentan mayor consumo de materia seca, mayor ganancia de peso y menor ganancia en carcasa. Este es un punto importante, pues el animal puede ganar más peso (peso absoluto), pero el productor es remunerado por la carcasa producida y, en este caso, la ganancia compensatoria no es ventajosa.
Además, el aumento en el consumo de alimentos promueve un empeoramiento en la conversión alimenticia, cuando se analiza en kg de alimento consumido / kg de carcasa producida. Aquí el productor necesita estar atento para analizar los índices productivos y no impresionarse con ganancias medias diarias de peso corporal elevadas.
Por último, el crecimiento compensatorio todavía está rodeado de muchos mitos, lo que trae muchos problemas de interpretación de los resultados de desempeño animal, principalmente en las condiciones de producción de ganado de corte. Es necesario tener en cuenta el real incremento en carcasa que podría ocurrir después de un período de restricción alimentaria, pues el aumento en las tasas de ganancia de peso corporal sin incremento en la ganancia en carcasa, ciertamente es una ganancia ilusoria. Es esencial contactar a un técnico capacitado que pueda asesorar de forma adecuada la correcta ejecución del sistema de producción, sólo así se puede tener mayor seguridad de los resultados que se planean obtener.