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LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS GENERAL DE SUELOS

LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS GENERAL DE SUELOS

ARTÍCULOS
03 de agosto de 2020
Por Ing. Leonardo Comastri - Gerente de Semillas Totalpec

El suelo es mucho más que una capa de tierra que los agricultores y ganaderos usan para el análisis de fertilidad; es uno de los factores de producción más importantes en las propiedades y ahí radica la importancia del análisis general de suelos.

Resulta bastante bien conocida y generalizada la importancia del suelo para la humanidad. Definir lo que es el suelo, sin embargo, no siempre es una tarea simple. Tanto es así que no existe una definición universalmente aceptada para este propósito. La razón de esto es, sin duda, la variedad de intereses con respecto a la amplitud de posibilidades de usos de la tierra, desde un punto de vista agrícola, con usos para la producción de alimentos, madera, fibras, medicamentos, hasta otros muy diversos como la fabricación de ladrillos, azulejos, vertederos, calefacción y otros.
De esta manera, varias algunas de las definiciones de suelos, que siempre han estado acompañadas de algunas preguntas, merecen ser destacadas:

  1. Entorno natural para el desarrollo de las plantas. Pero las plantas también se desarrollan en otros ambientes que no son propriamente suelos, entonces, ¿cuál es la profundidad mínima para que este medio sea considerado suelo?
  2. Producto de alteración de rocas. En este caso, se cuestiona qué límite se utiliza para que una roca erosionada se convierta en suelo. Si fuera un depósito de materiales orgánicos, ¿dejaría de ser suelo?
  3. Cuerpos naturales independientes compuestos de materiales minerales y orgánicos, organizados en capas y/u horizontes resultantes de la acción de factores de formación, con énfasis en la acción biológica y climática en un material de origen dado (roca, sedimentos orgánicos, etc.) y en un condición particular de relevo, a través del tiempo.
El suelo es mucho más que esa capa de cero a veinte centímetros, utilizada a menudo para el análisis de fertilidad. Es fundamental considerarlo como un cuerpo tridimensional y que sus características varían en estas tres dimensiones.  
El clima (lluvia, temperatura, viento y luz) y los organismos vivos, que actúan con el tiempo sobre los materiales minerales (rocas, sedimentos) y materiales orgánicos (restos de plantas y animales), promueven su transformación, originando diferentes suelos bajo diferentes condiciones de relevo. Este conjunto, llamado factores de formación del suelo, indica que para un conocimiento adecuado de este recurso natural no es suficiente con observar simplemente su superficie, es necesario conocer el entorno que lo rodea.

Las rocas pueden considerarse como el material de origen más importante de los suelos. Es a partir de la acción de los agentes de la meteorización, como el clima y los organismos, que la roca se descompone. Normalmente, los suelos desarrollados a partir de rocas ricas en minerales ferromagnésicos como el basalto y la diabase, son fértiles. Cuando la roca es una arenisca o una cuarcita, los suelos en general son de baja fertilidad, como consecuencia de la pobreza del material de origen en elementos químicos esenciales para las plantas.

Sin embargo, la fertilidad del suelo no depende solo de la naturaleza de la roca que la originó. En condiciones de meteorización intensa, los minerales que contribuyen al enriquecimiento de la fertilidad del suelo se eliminan del sistema. Por esta razón, en cuanto al grado de meteorización, los suelos se pueden dividir en "jóvenes" (menos degradados) y "viejos" (más degradados).

Las diferencias notables entre ellos son la profundidad y la fertilidad. Los suelos jóvenes como Litolics, Cambisols y Terras Roxas suelen ser menos profundos, ya que aún no ha habido tiempo para que los agentes meteorizadores actúen sobre la descomposición de minerales primarios. Cuando se originan en rocas ricas en minerales ferromagnésicos (basalto, diabasa), tienden a ser más ricos en nutrientes.

En suelos más viejos, como los oxisoles, la intensa actividad bioclimática durante un largo período de tiempo permitió que se desarrollara un manto de meteorización profunda. Por lo tanto, elementos fácilmente eliminados como el calcio y el magnesio, responsables de una mayor fertilidad, se lixivian del sistema, lo que resulta en suelos de baja fertilidad. En el caso de los suelos arenosos, a pesar de ser jóvenes, son elementos profundos y muy pobres, como resultado de la composición del material de origen, formado fundamentalmente por cuarzo.

En consecuencia, en ausencia de insumos (correctivos, fertilizantes), el suelo joven es más adecuado para cultivos anuales. Si se aplican suficientes insumos, el suelo viejo también es adecuado para estos cultivos. Dependiendo de las insumos que se aplican, puede permanecer en la posición en la que se colocó o penetrar en el suelo en profundidad, o bien moverse lateralmente.

El suelo tiene una secuencia vertical de capas diferenciables que se han desarrollado durante los procesos de formación del suelo a lo largo del tiempo. Este conjunto se llama el perfil del suelo (Figura 1). El término horizonte se usa para definir las diversas secciones verticales del suelo, de constitución mineral u orgánica, ubicadas desde la superficie de la tierra, aproximadamente paralelas y dotadas de propiedades, generadas por los procesos que forman el suelo.

Figura 1. Perfil de suelo con posibles horizontes y capas

Algunos de estos horizontes y capas pueden estar ausentes en ciertos tipos de suelos

El crecimiento de las raíces de las plantas se reduce en presencia de un exceso de aluminio (Al), siendo igualmente afectado por la deficiencia de calcio (Ca). Un sistema radicular poco desarrollado limita la absorción de agua, nutrientes y, en consecuencia, la productividad del cultivo. La corrección de la acidez de la superficie y del subsuelo es necesaria para obtener mejores rendimientos de los cultivos y una mayor eficiencia en el uso de agua y nutrientes.

Aunque el tema es la fertilidad del suelo, no es posible abordarlo sin referirnos a los otros factores de producción, aunque sea superficialmente. En una propiedad rural, cualesquiera que sean sus características, ya sean pequeñas, medianas o grandes, com o sin propósito comercial, la sostenibilidad del negocio agrícola o ganadero se logrará solamente si la administración de esa propiedad es capaz de contemplar adecuadamente todos los factores involucrados en el proceso de producción.

Definir, claramente, qué producir, con qué características, con qué insumos, con qué tecnologías, a qué hora, a qué costo, para qué mercado, competir con quién, son aspectos indispensables. La visión de la propiedad en su conjunto no puede ser ignorada en su oferta ambiental ni en los recursos humanos, financieros o materiales disponibles, en una combinación inteligente para aprovechar las oportunidades y evitar amenazas presentes o predecibles en su propio entorno y en el que está inserta. En este contexto, la fertilidad del suelo, que sólo tiene importancia académica, se vuelve fundamental.

Figura 2. Análisis de suelo


La salud de los suelos solo se puede interpretar con precisión con el análisis realizado en laboratorios acreditados.
 

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