Generalmente en esa época las pasturas poseen mayor contenido y degradabilidad de proteína bruta, disponibilizando más nitrógeno para la síntesis de proteína microbiana por los microorganismos ruminales. En estos casos, cuando se logra cubrir el requerimiento de proteína es la energía el nutriente que limita la producción.

    En busca de mejores resultados una de las herramientas estratégicas que se puede adoptar es la suplementación energética, destinada a maximizar la productividad mediante la mejor utilización del pasto. Esto se logra al aporte de energía adicional y a la mejora del sincronismo entre la disponibilidad de nitrógeno y energía en el ambiente ruminal, reduciendo las pérdidas del N en el rumen y permitiendo que mayor cantidad de proteína microbiana alcance el intestino delgado.

   Además de optimizar las condiciones ruminales la suplementación energética estimula mayor ingestión de materia seca conocida como efecto aditivo. Este efecto ocurre cuando el consumo de suplemento combinado con el consumo de pasto promueve mayor ingestión de materia seca comparado con el consumo de materia seca que hay cuando solo ofrecemos forraje.

 En este tipo de suplementación es recomendable utilizar niveles de consumo entre 0,2 y 0,3% del peso vivo animal. En niveles superiores puede ocurrir un efecto sustitutivo, esto sucede cuando el ofrecimiento del suplemento produce una reducción en el consumo de materia seca proveniente del voluminoso, es decir se empieza a reemplazar el consumo de pasto por el consumo de suplemento. Otro factor que puede disminuir el consumo de materia seca total es la utilización de suplementos energéticos que no están bien formulados.

    En busca del aumento de la productividad debemos identificar las oportunidades para adoptar la suplementación como herramienta de apoyo, con el objetivo de aumentar la condición corporal de la vacas flacas antes de la estación de monta, lograr el peso ideal de las vaquillas para entrar al servicio, acelerar las ganancias de peso de lotes de terminación, disminuir el tiempo de estadía de los animales en la propiedad y/o aumentar la carga animal, mejorando así los índices zootécnicos.

Para utilizar esta estrategia de manera exitosa debemos tomar en cuenta factores como buen manejo del pasto, tamaño y homogeneidad del lote, ubicación y dimensiones de los comederos, disponibilidad y calidad de agua. Si la propiedad no pudiera cumplir con alguno de estos factores la mejor opción sería buscar un técnico que recomiende una estrategia que se adecue a las condiciones con las que se cuenta.

Dentro de las otras estrategias encontramos la suplementación mineral, mineral con aditivo, proteica y proteica energética, siendo que cada una de esas herramientas debe ser usada en diferentes casos. Como ejemplo, podríamos usar la situación donde estando en época de lluvia no se logró manejar bien el pasto y tenemos una pastura de baja calidad, con eso la proteína podría restringir el desempeño de los animales, exigiendo la utilización de una estrategia de suplementación proteica energética.

Por último, el éxito económico de cualquier actividad requiere la maximización de los medios de producción. Esto quiere decir que todos los recursos disponibles deben estar en plena capacidad de uso. La suplementación de animales a pasto, como herramienta nutricional, no debe escaparse a esta regla. La estrategia de suplementación mineral, proteica o energética debe ser hecha en función principalmente de la calidad de los pastos disponibles, donde la mejor estrategia de suplementación, desde el punto de vista económico, sería aquella que maximiza el consumo del forraje disponible durante todo el año.