DE QUÉ SE TRATA EL COMPLEJO DE LA TRISTEZA BOVINA
Descenso de la productividad, aumento del costo de servicios veterinarios, disminución de la capacidad de defensa del sistema inmune de los animales y muerte súbita son algunas de las consecuencias del Complejo de tristeza bovina, un grupo de enfermedades provocadas por parásitos sanguíneos.
El complejo de la tristeza bovina hace referencia a las enfermedades conocidas como babesiosis, anaplasmosis o tripanosomiasis bovina, todas ellas producen anemia, que se presenta con signos de debilidad general. Otras veces, si está presente la tripanosomiasis, se manifiesta en forma de muerte súbita en el arreo, en el pastoreo o incluso en el corral de manejo.
Esta enfermedad causa grandes pérdidas económicas en la ganadería, debido al descenso de productividad del ganado, aumento en el costo de tratamiento y servicios veterinarios, pérdidas de animales por muertes, baja producción de leche y disminución de la capacidad de defensa del sistema inmune de los animales, lo que propicia la aparición de otras enfermedades.
Estas enfermedades son transmitidas tanto por ectoparásitos como por material quirúrgico o agujas infectadas, por tanto, la reutilización de agujas es la manera más rápida de diseminar la enfermedad dentro del rebaño.
Desde un punto de vista epidemiológico estas enfermedades son en gran medida subclínicas y oportunistas por lo que provocan, además de la baja productividad del ganado, la inmunodepresión, y cuadros clínicos de otra índole, con cuadros clínicos de tristeza bovina o muerte sólo cuando los niveles de infección son demasiado altos, que implican elevados costos por tratamientos y muertes.
Estas enfermedades son transmitidas tanto por ectoparásitos como por material quirúrgico o agujas infectadas, por tanto, la reutilización de agujas es la manera más rápida de diseminar la enfermedad dentro del rebaño.
Desde un punto de vista epidemiológico estas enfermedades son en gran medida subclínicas y oportunistas por lo que provocan, además de la baja productividad del ganado, la inmunodepresión, y cuadros clínicos de otra índole, con cuadros clínicos de tristeza bovina o muerte sólo cuando los niveles de infección son demasiado altos, que implican elevados costos por tratamientos y muertes.
BABESIOSIS
Esta enfermedad es causada por los protozoarios Babesia bovis y Babesia bigemina. Es transmitida por la garrapata cuando pica al ganado, pues el parásito sanguíneo se aloja en las glándulas salivales de la garrapata, de modo que cuando hace la incisión de la piel introduce al protozoo en la sangre de los animales.
ANAPLASMOSIS
Es una bacteria llamada Anaplasma marginale que es transmitida por la picadura de las garrapatas y otros insectos hematófagos como moscas y tábanos. La infección iatrogénica (a través de equipos como guantes de palpación, jeringas, agujas, descornadores y otros) es de suma importancia.
TRIPANOSOMIASIS
Esta enfermedad es causada por los protozoos flagelados llamados Tripanosoma vivax y Tripanosoma evansi. Las vías de transmisión son la picadura de tábanos, moscas y también de murciélagos hematófagos. De manera mecánica el contagio se presenta por el uso de materiales como jeringas, agujas y otros.
Esta enfermedad causa grandes pérdidas económicas en la ganadería, debido al descenso de productividad del ganado, aumento en el costo de tratamiento y servicios veterinarios, pérdidas de animales por muertes, baja producción de leche y disminución de la
Estas enfermedades se caracterizan por afectar animales mayores de seis meses. En general los animales presentan depresión, fiebre, falta de apetito y anemia. Pero también pueden presentarse cuadros como: aislamiento del resto de la tropa, retraso durante el arreo del ganado (se quedan atrás), dificultades para la coordinación motriz al caminar, búsqueda de sombra en los potreros, a veces hemorragia oral o nasal; finalmente, puede ocurrir muerte súbita.
TRATAMIENTO
El diaceturato de diminacene es un fármaco derivado de la urea que actúa contra la babesia. Este fármaco se debe utilizar una sola vez en el animal enfermo, y si es necesario se puede repetir a los 7 días después de la primera aplicación. El uso continuo por 2 o 3 días puede causar daño hepático, ceguera o muerte.
Si se quiere tratar al animal por anaplasmosis se debe utilizar antimicrobianos como las tetraciclinas de larga acción, esto con la finalidad de no mover continuamente al animal y disminuir el estrés, ya que puede ser un detonante de la muerte por la anemia aguda que presenta.
El dipripionato de imidocarb es también un fármaco derivado de la urea, que a diferencia del diminacene, actúa no solo contra la babesia, sino también contra el tripanosoma e incluso tiene acción contra la anaplasmosis. Por ello, en casos en los que se diagnostica la presencia de estos tres agentes etiológicos o parásitos en laboratorio, es más aconsejable el uso del imidocarb en lugar del diminacene.
La suplementación parenteral con suero dextrosado se hace indispensable en los animales enfermos, ya que la enfermedad causa un daño hepático que es aun más grave después de la aplicación de los fármacos derivados de la urea. Al aplicar suero con capacidad antitóxica ayudamos a proteger el hígado y a eliminar las toxinas del cuerpo del animal enfermo.
PREVENCIÓN Y CONTROL
La manera más efectiva de prevenir muertes y cuadros clínicos es ofertando una buena suplementación oral a los animales. Además, cuando se tienen casos de animales “tristes” se pueden tomar muestras de sangre y enviar al laboratorio. La vigilancia es importantísima para controlar los niveles de infección.
En zonas en donde la enfermedad está siempre presente se pueden realizar controles rutinarios y hacer aplicaciones principalmente de imidocarb al rebaño, con la finalidad de mantener la carga infecciosa a raya.