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COBERTURA DE SUELOS CON BRACHIARIA RUZIZIENSIS

COBERTURA DE SUELOS CON BRACHIARIA RUZIZIENSIS

ARTÍCULOS
01 de outubro de 2021
Por Leonardo Comastri Arruda Gerente de Semillas TOTALPEC

El cultivar ruziziensis tiene un papel destacado en la cobertura de suelos, proporcionando una cobertura rápida y con un excelente control de las malezas.

Las gramíneas del género Brachiaria son unas de las más utilizadas para pastura en América Tropical y también son los pastos más sembrados en varios países, siendo utilizados en las fases de cría, recría y engorde de ganado. Se adaptan a las más variadas condiciones de suelo y clima, ocupando cada vez más espacio en las propiedades por tener una producción satisfactoria de forraje en suelos de baja a media fertilidad. Siempre que estén bien gestionados, tendrán una buena producción de materia seca y una buena eficiencia de cobertura del suelo.

La producción de carne y leche a pasto es la forma más barata de producir proteína animal, el costo está inversamente relacionado con la proporción del pasto consumido por los animales. En general, es necesaria una gran cantidad de hojas en el pasto para que los animales puedan tener altos índices zootécnicos, condición generalmente observada en la etapa de desarrollo vegetativo de las plantas forrajeras y en condiciones climáticas favorables.

Además de usar forrajes como pastura, su uso como cobertura de suelo también es una actividad muy común, donde esa práctica tiene como objetivo proteger el suelo contra el impacto de las gotas de lluvia, reduciendo el riesgo de erosión y haciendo que el ambiente sea más propicio para el ciclo de los nutrientes contenidos en las hojas. También previenen la pérdida de nutrientes del suelo y contribuyen al mantenimiento y / o mejora de los atributos físicos, químicos y biológicos de lo mismo.

La Brachiaria ruziziensis es una variedad muy indicada para cobertura de suelo. Su agresividad en el establecimiento de los potreros, control de malezas, estructuración del suelo y fácil desecación la convierten en la principal variedad para este propósito.

Esta variedad debe ser sembrada en zonas de buena fertilidad sin problemas de drenaje y en regiones que no presenten problemas con salivazos de pastura, considerada su principal plaga. 
La siembra debe ser realizada utilizando semillas de calidad, con alto valor cultural, buena pureza y vigor. Las semillas deben ser tapadas en profundidades adecuadas de 2 a 3 cm. La siembra puede ser a boleo o de precisión y se debe respetar la densidad de siembra colocando una cantidad suficiente de semillas puras viables en el suelo, generando más de 15 plantas por metro cuadrado, garantizando la plena formación y estabelecimiento del potrero.

Figura 1. Aspectos morfológicos de la Brachiaria ruziziensis.

Actualmente hay una práctica que viene siendo utilizada cada vez más para la cobertura de suelo, que es el consorcio de diferentes especies o cultivares de gramíneas forrajeras. Por lo general, esta estrategia tiene el objetivo de proporcionar un rápido estabelecimiento y una excelente cobertura del suelo, reduciendo significativamente los problemas de malezas, evitando así gastos con herbicidas y contaminación ambiental.

Además de proporcionar forraje para pastoreo de los animales, ya se han demostrado varios otros beneficios con el uso de estos consorcios. Un ejemplo de variedades que se están utilizando como consorcio son la mezcla de tres brachiarias, Piata, Decumbens y Ruziziensis. El nivel de proporción depende de los objetivos del productor.

La Brachiaria ruziziensis mas una vez se destaca en estos consorcios (o de forma soltera), favoreciendo la estructuración del suelo por su abundante y profundo sistema radicular. Este sistema de raíces conduce a una mejor aireación del suelo, una mejor translocación de nutrientes en el perfil del suelo y la formación de canales que permiten una excelente sucesión para los cultivos de granos sembrados de manera directa.

Figura 2. Brachiaria ruziziensis como portada - Colonia Chihuahua-Bolivia.

Esta práctica de cubrir suelos ya está siendo considerada como una de las formas más importantes de preservar los suelos en los diferentes biomas, conduciendo a una disminución significativa de la degradación del suelo, promoviendo el mantenimiento de la fertilidad natural, disminuyendo los riesgos de desertificación. En varias propiedades el uso de un forraje para cobertura de suelo ya es considera una práctica indispensable que permite la construcción de buenos índices de productividad. Es una práctica que debe ser implementada y renovada a cada año, mejorando cada vez más la producción.

 

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