ADAPTABILIDAD FORRAJERA EN LA GANADERÍA TROPICAL
La ganadería basada en pasturas es un pilar fundamental de la economía en países tropicales, entre ellos nuestro país, Bolivia, donde el clima y los suelos favorecen el cultivo de gramíneas forrajeras. Sin embargo, la productividad de estos sistemas se ve comprometida por la ocurrencia recurrente de sequías, tanto en invierno como en los llamados “veranicos” (interrupciones de lluvia durante la temporada húmeda). Estos eventos, combinados con la reducción del fotoperiodo y las bajas temperaturas del aire y del suelo, afectan significativamente a ganaderos en gran parte del país respecto al desarrollo de los cultivos forrajeros.

LA PASTURA COMO BASE ECONÓMICA Y ECOLÓGICA
El uso de pasturas en la actividad ganadera tiene como consecuencia a una serie de ventajas agronómicas, económicas y ambientales. Entre ellas se destacan la generación de productos animales de alta calidad, la reducción de residuos orgánicos contaminantes, y una menor inversión en infraestructura. Las pasturas, al ser un alimento de bajo costo, permiten reducir significativamente los costos de producción de carne y leche.
Además, el alto potencial de producción de biomasa de las gramíneas tropicales disminuye el costo por unidad de forraje producido. Al utilizar especies perennes, se evita el gasto anual de reimplantación, y el propio pastoreo directo por parte del animal contribuye a disminuir los costos operativos del sistema.

NECESIDAD DE UN MANEJO ADECUADO Y ENFOQUE ESTRATÉGICO ANTE LA SEQUÍA
Para aprovechar todos los beneficios de la producción animal a pasto, es fundamental manejar correctamente las pasturas. Esto requiere conocer a fondo los componentes y etapas del proceso productivo.
De esta manera, es posible identificar especies forrajeras con un comportamiento productivo superior, lo que permite intensificar la producción, especialmente en zonas donde la sequía es más marcada.
EL DESAFÍO DEL MANEJO EN CONDICIONES ADVERSAS

A fin de maximizar los beneficios de los sistemas pastoriles, es imprescindible un manejo técnico adecuado. El conocimiento de las etapas y componentes del sistema de producción animal en pasturas permite seleccionar especies forrajeras con mejor desempeño bajo condiciones de estrés hídrico. La identificación y adopción de cultivares tolerantes a la sequía es clave para avanzar hacia una ganadería más intensiva y resiliente, especialmente en regiones donde los períodos secos son más pronunciados.

DIVERSIFICACIÓN: ESTRATEGIA DE ADAPTACIÓN
Una estrategia eficaz es la diversificación de especies forrajeras, incorporando plantas con diferentes grados de adaptación a factores bióticos y abióticos. Esto no solo mejora la biodiversidad de los agroecosistemas, sino que también incrementa su persistencia.
Cabe señalar que la adaptación a la sequía no exime de atender las necesidades nutricionales y de manejo de cada cultivar. Al diversificar, los productores pueden ajustar el planeamiento y manejo forrajero para optimizar el aprovechamiento según la época del año: algunas especies tienen mayor rendimiento en la estación lluviosa, mientras que otras proporcionan un soporte superior durante la seca.

CULTIVARES RECOMENDABLES: SELECCIÓN BASADA EN DESEMPEÑO
Cuando se busca una producción menos estacional, las especies del género Urochloa (syn. Brachiaria) se posicionan como principales candidatas. Dentro de este grupo, destacan:

• Urochloa decumbens cv. Basilisk
• Urochloa brizantha cv. Marandu
• Urochloa brizantha cv. BRS Piata
• Urochloa brizantha cv. BRS Paiaguás
• Panicum maximum cv. Massai
• Andropogon gayanus, Cenchrus ciliaris, Gatton Panic, entre otros.

Las plantas con mejor adaptación a la sequía suelen presentar crecimiento activo en la entre zafra, mayor persistencia de biomasa en condiciones adversas, y características deseables para el diferimiento (reserva de forraje en pie). Este último manejo es fundamental durante el invierno. Los cultivares seleccionados deben tener buen crecimiento otoñal, resistencia al estrés hídrico, tallos finos, buena proporción hoja:tallo, y floración tardía o fuera del periodo de reserva.
 

Diversificar, planificar y adaptar son los pilares de una producción a pasto más consciente, más resiliente y con una inversión económica inteligente

BRS PAIAGUÁS: DESEMPEÑO SUPERIOR EN ÉPOCA SECA
La Urochloa brizantha cv. BRS Paiaguás es una planta de porte mediano, de porte medio (40–80 cm), con tallos finos sin pilosidad y hojas delgadas. Presenta intenso perfilamiento basal y producción foliar sostenida durante la seca, lo que la convierte en una opción estratégica para el periodo seco.


La brachiaria Paiaguás (U. brizantha cv. BRS Paiaguás) presenta excelente rendimiento en condiciones de sequía.

BASILISK: RUSTICIDAD Y ADAPTABILIDAD
La Urochloa decumbens (syn. Brachiaria decumbens) cv. Basilisk, popularmente conocida como “braquiarinha”, es una pastura ampliamente utilizada en zonas tropicales por su rusticidad y facilidad de establecimiento. Posee buena tolerancia a suelos ácidos y de baja fertilidad, y destaca por su relativa constancia en la producción durante la sequía. Estudios realizados indican que puede mantener una producción del orden del 19% incluso en condiciones hídricas limitantes, lo que, junto a su adaptación edáfica, la hace altamente recomendada.


Decumbens cv. Basilisk durante la seca: vigor y persistencia comprobados.

BRS PIATÁ: CALIDAD Y PERSISTENCIA
La Urochloa brizantha cv. BRS Piata fue el primer cultivar protegido de Embrapa (Brasil), lanzado en 2007 como alternativa al pasto marandu (“braquiarao”). Su floración es de elevada producción y temprana, en los meses de enero y febrero, lo que representa una ventaja de mayor desarrollo vegetativo durante el período otoño e invierno. Estudios comparativos han demostrado un mejor desempeño en ganancia de peso animal en pastoreo durante la sequía respecto a la marandu, evidenciando su mayor calidad forrajera en dicha estación.


Brizantha cv. BRS Piata: desempeño destacable en condiciones de baja disponibilidad hídrica.

El manejo estratégico de pasturas en regiones tropicales exige la selección consciente de especies con buen comportamiento en condiciones de estrés hídrico. La inclusión de cultivares como BRS Paiaguás, Basilisk y BRS Piatá representa una oportunidad concreta para mejorar la sostenibilidad de los sistemas ganaderos, permitiendo mantener la productividad y calidad del forraje en épocas críticas. Diversificar, planificar y adaptar son los pilares de una producción a pasto más consciente, más resiliente y con una inversión económica inteligente frente a los desafíos del cambio climático y la variabilidad ambiental.